REHABILITACIÓN: UN NUEVO RUMBO A TU VIDA

Todos hemos escuchado que existen clínicas de rehabilitación que automáticamente nos hace referencia a personas con problemas muy graves de alcoholismo y la drogadicción. Así como en muchos temas que hemos evolucionado como sociedad, debemos de quitar los tabús que existen en torno a estos lugares que además de tratar otros problemas de salud, podemos recurrir a ellos mucho antes que sintamos que “no hay nada más que hacer”.  Te invito a conocer un poco de los padecimientos que se tratan en una clínica de rehabilitación y cuando es momento de recurrir a ellas.

ALCOHOLISMO

El alcoholismo es una enfermedad y no un vicio cuya necesidad o dependencia a la ingesta de bebidas alcohólicas en las personas, genera deterioro en su salud física y mental. No hay síntomas precisos, pero si existen cambios notorios en el comportamiento de la persona en el ámbito laboral y familiar es momento de pedir ayuda.

FARMACODEPENDENCIA

La farmacodependencia es un estado psíquico, y a veces físico, causado por la interacción con un fármaco, caracterizado por modificaciones del comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso incontrolable por tomar el fármaco con fines diferentes a aquellos para lo que fue prescrito, o en mayor cantidad y/o frecuencia en forma continua o periódica.

DROGADICCIÓN

Se conoce como adicción a las drogas, o drogadicción, al consumo frecuente de estupefacientes, a pesar de saber las consecuencias negativas que producen. Entre otras cosas, modifican el funcionamiento del cerebro y su estructura, provocando conductas peligrosas.

LUDOPATÍA

El juego compulsivo, es el impulso incontrolable de seguir apostando sin importar las consecuencias que eso tenga en tu vida, esto puede estimular el sistema de recompensa del cerebro de forma similar a como lo hacen las drogas ilícitas o el alcohol, lo que genera adicción. Agotar tus ahorros, endeudarte o incluso recurrir al robo o al fraude son signos de alarma.

ADICCIÓN A VIDEOJUEGOS

Consiste en un patrón de juego persistente y recurrente que provoca un deterioro o malestar clínicamente significativo durante un periodo mínimo de un año. No se define por el número de horas que se juega a los videojuegos al día o a la semana, sino por las consecuencias y repercusión que tiene en las distintas áreas de funcionamiento de la persona.

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